02 octubre 2022

Across my Universe

 


Con frecuencia pienso en el desmesurado espacio que alberga el Universo y siento, como otros, esa tremenda sensación de vértigo. Me falta suelo. Piso una base líquida o quizás sea de madejas de lana. Mi cuerpo avanza hacia ninguna meta. Gira caóticamente alrededor de su centro de gravedad, pero, curiosamente, no me mareo. Viajo solo. En el entorno se respira frialdad aunque yo no la siento. No pienso en nada. La oscuridad es total. Como la vieja amiga de Simon & Garfunkel, me permite ver luces asombrosas, en el fondo, por los lados, por delante y por detrás, pero son luces que no alumbran. Son millones de luces de colores que viajan por el cosmos que dejan entrever los muchos astros que hay. Las distancias entre ellos, del color de las violetas, son bestiales, gigantescas. Al contrario que las luces de neón, sus destellos son destellos de una oscuridad que me acaricia. No hay aire pero no me cuesta trabajo respirar. Me siento bien. El silencio del silencio es total. Me miro pero no veo mi cuerpo, aunque presiento que tengo límites: se ha transformado en una especie de energía transparente pero con fronteras muy próximas.

          Desde aquí, pienso en la Tierra y todos mis problemas me parecen pequeños, irrisorios. La perspectiva importa. Siempre ha importado mucho para ver o no ver o ver lo que te gusta. No me duele nada, sólo detecto que viajo dulcemente. Me deslizo por un camino de plumas invisibles, con suavidad. Suavemente, sin parar. Voy solo pero no me siento solo….es como si otros muchos cuerpos transparentes viajaran a mi lado. No les puedo hablar pero noto su compañía, es una conversación sin hablar, un escuchar sin oír. Todos viajamos por el universo y todos seguimos la misma dirección. No podemos parar pero tampoco chocamos. Estoy consciente. Es otra forma de existir desconocida para mí.


          La ingravidez es total así como también el descontrol sobre mi ruta. Marcho teledirigido hacia un destino desconocido que intuyo se encuentra en ninguna parte del infinito. Ningún astro me atrae. Todos están lo suficientemente lejos como para que mi trayectoria se mantenga rectilínea y con la misma velocidad. No parezco tener masa. No peso. Mi cerebro se percata de todo y puedo pensar, puedo darme cuenta pero el escenario encierra tantos y tan grandes misterios que todo lo graba como extraordinario. Sé que nunca voy a encontrar respuestas adecuadas a tanta ocultación: ¿Para qué viajo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es mi destino? ¿Por qué un universo tan vacío a modo de átomo gigante? ¿Qué hay detrás de esta transmutación? Me sorprende que mis neuronas se pongan de acuerdo para preguntar preguntas sin respuesta. Deberían ser más inteligentes: Todo esto es ridículo. ¿Cómo puede ser ninguna respuesta ante tanta inmensidad, ante tanto espacio y tan inmenso escenario? ¿Viajaré a una nebulosa para vivir otra vida? Pero, ¿Cuánto voy a tardar? ¿Se reducirá todo a pura energía vital embutida en un cuerpo transparente que se traslada de un lado a otro Across the Universe? ¿Será que la vida es eterna pero viviéndola en otras dimensiones y desde luego en otras coordenadas? Nada de nada sé. Una vez venido al mundo, una vez que has nacido tu destino es existir….pero has tenido que abandonar la Tierra para existir transformado….tu física y tu química han cambiado por completo aunque sigues siendo tú. Tu personalidad, tu carácter, tus actitudes… serán siempre los mismos…eso de los cuatro estados de la materia es un cuento chino, pura falsedad. La materia tiene miles, millones de estados…y este es uno más... Todo parece depender del lugar del universo donde te encuentres. Tú eres tú. Tu naturaleza permanece, pero tus coordenadas cambian tu estado, tus necesidades y tu relación con los otros.

          ¿Quién y qué han inspirado estas palabras casi mágicas? ¿Quién ha plantado esta visión en mi cerebro? ¿Estoy contando una experiencia ya vivida o se trata de un adelanto de lo que me queda por vivir? ¿Estoy despierto o estoy soñando en la realidad de un sueño? ¿Estoy vivo, estoy muerto o vivo una particular catalepsia?

          Heráclito llevaba razón: “Nunca te podrás bañar dos veces en la misma agua”. El Universo fluye, cambia. Yo viajo, cambio. Todo cambia mi mundo. Las estrellas nacen y mueren, cambian. El tiempo fluye porque lo demás cambia. Todo cambia menos él. El tiempo es el guardián del Universo. Un déspota, un tirano que sin presencia física mira como todo evoluciona. El tiempo es el gamberro del cosmos, un descontrolado total que todo lo impregna y lo controla. ¡Es el ubicuo universal! El tiempo es aquello que está presente –al mismo tiempo– en todas partes. También lo está en esta especie de viaje interestelar a través del Universo o de ¿mi universo? Si hay cosas que solamente puedo ver yo, deduzco que mis viajes tienen lugar en mi universo, tan ilimitado como el Otro, pero con un único espectador: YO. Cada cual vive en su universo. De ahí la existencia de millones y millones de universos que viajan cambiando Across the Universe.

          Puedo oír una música extraña que relaja. Cada astro, a modo de instrumento cósmico, emite ultrasonidos que puedo detectar. Su conjunto es un mensaje de paz y de presencia. Billones de instrumentos emitiendo a la vez su música universal que mi aura, como una antena parabólica, absorbe a modo de alimento. Es la energía de los astros, energía vital para nosotros.

          Cada vez llego a ideas más absurdas pero no puedo parar. He llegado a la conclusión de que soy prisionero y esclavo del cerebro. ¡Él va a lo suyo! Tiene sus dudas, sus preguntas, sus escalas... y me obliga a que las redacte haciéndome sentir –sutilmente- cierta satisfacción. Él solo no tiene ninguna posibilidad, así que su dominio me esclaviza y libera al mismo tiempo. Cuentan que los cerebros de las personas son autónomos y que toman solos –sin tenernos en cuenta– sus propias decisiones. Cuando bebí agua fue porque mi cerebro tomó esa decisión un tiempo atrás y si critico algo se debe a que mi cerebro quiere que lo critique. Pienso lo que a él le da la gana. No lo puedo parar. ¡Incluso me hace pensar y sentir ideas que me hacen daño! Es evidente que está aliado con el tiempo y entre los dos me dominan. Un tirano es mucho pero dos son insoportables. ¿Qué será todo esto? ¿A dónde conducirá?

          Existe una tercera déspota que son mis hormonas, pero en el estado en el que viajo no me afectan para nada por el efecto de la evaporación espacial y un yoga permanente que disminuye las hormonas de estrés y al mismo tiempo aumenta las endorfinas y el GABA. ¡Demasiado terrenales para que me acompañen las hormonas que generan malestar!

          Cuentan que Dios está en todas partes, así que seguro que también estará por aquí. Cualquiera sabe. Por si acaso, Saludos Dios.

 


 

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