Apuntes de Fidel Fita, mina Terreras, Alcaracejos,1913
Escribir a mano es dibujar ideas,
como si fuera un cuadro.
Desde
la invención de la imprenta por Gutemberg en 1440, después de una gran
controversia por disputarse la gloria entre alemanes, franceses, italianos y
holandeses, se dotó a la humanidad de la posibilidad de escribir, al menos en
la forma, con rasgos despersonalizados.
Los
variados e intensos avances hasta la impresión digital actual han dejado a
Gutemberg en pañales, aunque su idea, su enorme y genial idea fue la gran madre
de todo lo que vino después.
Escribir
a mano puede parecer primitivo y antiguo pero a fecha de hoy lo considero una
innovación y un placer, una importante faceta del desarrollo personal. El
simple hecho de poner unas letras en un papel es relajante, te identifica y
desarrolla más tu actividad cerebral porque, aparte de que debes evitar
tachones, has de mantener la horizontalidad de las líneas. Es una experiencia tranquila
y entrañable que te permite un reencuentro con tu interior. Sin despreciar nada
ni a nadie… ¡Que le digan a un pintor amigo de óleos que pinte con un programa
de ordenador! Es indudable que el arte tiene infinitos caminos pero la belleza
de un Velázquez o un Goya no tienen parangón.
Me encantan las palabras caligrafía y manuscrito, porque
ambos –por medio de libros y papeles– dan cuerpo y perfil a singulares obras de
arte que me atraen. Como el fuego o el mar, es relajante observar el punto
cambiante de la “i”, la ligera inclinación de la “l”, las barriguitas de la “g”
o de la “p” o los puentecitos de la “m” y de la “n”. ¿Qué decir de la fuerza de
la “z” o del derecho de primogenitura de la “a”? ¿Y la suerte que tienen las
letras gemelas de ir siempre por parejas para diferenciar “un carro” de lo
“caro” y una “llama” de un “lama”.Lindes de las Siete Villas (3.11.1837)
Escribir hoy a mano
números y letras pone de actualidad el antiguo oficio de escribano que daba fe,
por medio de escrituras, de actos que se desarrollaban ante él. Atrás quedan
también la redacción de cartas y testamentos. Hoy día las nuevas tecnologías
nos permiten escribir con la voz. Su posible generalización acabaría con el uso
del papel y la posibilidad de escribir del ser humano. Para mí sería una grave
pérdida: los seres humanos no tendrían letra. Reclamo la letra de cada uno de
nosotros como Patrimonio de la Humanidad, antes de que sea demasiado tarde.
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