Agua y sequedad. El Guadalquivir desde Doñana, 2015. |
“Uno
se cansa de nadar a contracorriente, de pretender que el hombre no sea como es,
de que la vida sea lo que no es… Uno se cansa de hablar para nada, de vivir
para nada, de soñar para nada, de trabajar … Uno se cansa, como Ocnos, de
trenzar primorosamente el heno que se van a comer los asnos, porque a los asnos
les da igual… Uno se cansa de vivir en un mundo que no le gusta, rodeado de
gente que no le gusta… Uno se cansa de navegar en un mundo a la deriva… Uno se
cansa, pero no porque sea propenso al cansancio, sino porque hay que ser de
cemento armado para no cansarse de mentirosos, de aprovechados, de corruptos,
de maleantes, de pícaros, de incompetentes, de ignorantes, de necios, de tipos
zafios y vulgares. Uno se cansa de que siempre sean ellos los que nos hagan el
mundo a su medida, no a la nuestra”.
Quintero J., Memoria del silencio. El mundo desde la colina. Edición de Rosa
Ponce, 2023, página 99.
Jesús,
con ese aroma de distancia y soledad, rodeado de silencios, nos introduce en un
mar de desánimo, impotencia, cansancio y cierto abatimiento. Estamos en
momentos de bajón y de botellas medio vacías. Es humano. Somos humanos. Se
desprende fracaso de esas líneas, al menos transitorio.
Traer
a colación estas pensadas palabras se debe a que somos muchos los que con
frecuencia caemos en ese desconsuelo. Nos identificamos plenamente con esas líneas,
las hacemos nuestras y las convertimos en pesadas losas que nos lapidan. Pero no
puedo renunciar a una evidencia y es que en medio de la gran oscuridad se ve
mejor la luz. Es en la noche cerrada donde se observan las estrellas titilar
con claridad.
En medio de tanta confusión, de
tanta turbiedad y de tanta penumbra –en definitiva de tanto egoísmo- brilla la
luz de la entrega desinteresada y de la generosidad. Se observa inteligencia y
gente competente. Hay personas que no se aprovechan ni de sus conocimientos ni
de su posición y que detestan la corrupción. Existen hombres y mujeres que
buscan la verdad y aprecian el primor del heno trenzado y el olor de un jazmín.
Hay palabras que calan, soñar abre caminos, trabajar te hace mejor y se puede
combatir la necedad y la zafiedad con el ejemplo, la formación y la cultura. No
está bien alimentar con margaritas a los cerdos, pero está bien criarlas porque
su sola presencia embellece el paisaje y alienta la esperanza.
Vivir cuesta trabajo y el camino
es quebrado, pero el mundo sería mucho peor sin la presencia de mujeres y
hombres de buena voluntad. Y haberlos, hailos, aunque sus actuaciones no
se conozcan demasiado. Las buenas
noticias nunca fueron noticias.
Termino con unas frases de Benedetti que nos reafirman en "el camino".
"No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo, ¡porque yo te quiero!" Mario Benedetti
No está mal ser la zona central del bocadillo Quintero - Benedetti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario